Es que no puedo evitarlo.

Hace tres años.
L. me dijo en un banco verde que yo "no podía evitarlo" y resumió así todo. Esa frase de Les liaisons dangereuses se convirtió en mi excusa y en el nombre de esta bitácora, que me llevé a Paris hace ahora tres años.

Con mucho entusiasmo narré mi aventura a amigos y conocidos, ahorrándome así tarjetas postales y mails, pues hasta aquí traje la Seine, Monmartre, Mènilmontant y el día a día en la Sorbonne. Colgué fotos, balbuceé en francés y , renegando aún de Facebook y sus bondades, compartí en cada entrada impresiones, visiones, palabras y caras nuevas.

Tardó poco en producirse la sinestesia, y no pude evitar que el Sena oliese a buen Cammenbert y sus márgenes crujiesen como baguettes . Y así os lo contaba. Montmartre sabía beaujolais noveau y la vida en mi pisito de Mènilmontant hubiera dado para escribir una nueva Fisiología del Gusto. Mientras, la Sorbonne decía "no" a la reforma educativa y cerraba sus puertas durante meses; abriendo así las puertas a la posibilidad de ir cada mañana a un mercado diferente y cocinar no importaba qué hasta bien entrada la madrugada.

La comida ya era la protagonista de este diario digital. El Udon japonés eclipsó a Héctor, Amanda pasó de cocinillas a Chef , Rosa y chocolate eran casi la misma palabra al terminar el año. Busqué el mejor falafel de la ciudad y lo encontré, fui a Sicilia y traje un post de penne con le sarde, de cannoli, Gatopardo y arancini; fui Slow Food y escribí sobre gastronomía y ética; llevamos a Belleville el tapeo español (el de verdad) y trajimos a España quesos, macarons, ruibarbo y secretos de cocina.

Abandoné este blog y me pasé al diario analógico. En mi segundo año en la ville lumière rellené con pasión páginas y páginas aprendiendo a comer mejor, intentando cocinar mejor; trabajando mucho para poder hacer ambas cosas. Tuve amigos que aún lo son y viajé con ellos y compartí mesa, mantel y borracheras a lo marinero de permiso en un Paris que nos era hostil pero del que nos reíamos con Chico Buarque, teatro y almuerzos copiosos a horas nada francesas. Volví a España y redescubrí Sevilla y su nuevo tapeo, y descubrí Triana y sus Golondrinas. Alberto y Francis dieron Lux Propia, puntas de solomillo y una ortodoxa y perfecta carbonara a esos calores.

Vuelta a Mérida también. Y regreso al no saber si extrañabas a tu madre o su bacalao a la nata, su lasaña, su cocido -ohdiosmío- madrileño y sus tartas de llorar de alegría. Vuelta al amor de las sopas de tomate y croquetas de mi abuela . Había también amor a dos horas y media de avión, en forma de menú degustación y de A. inventando mecanismos caseros para que, a falta de buena cafetera, mi desayuno fuese perfecto.

Todo esto en tres años. Y de vuelta ahora a Sevilla, después de un verano emeritense (charca, teatro, pestorejo), después de tiempo para pensar y recordar y proyectar; me temo que no voy a poder evitar recuperar este espacio porque tengo que hablaros de Marido y del cocktail como postre, de Bolaño y el mercado magrebí , de cocina vietnamita, de mi Jorge en los fogones - ordem e progresso- , de Vanessa; tengo, sobre todo, que hablaros de Vanessa. Y de Max, mi actor favorito, quien perpetró la peor fabada que jamás he probado. Tengo que escribir sobre el mojité, tengo que escribir sobre caracoles y tequila reposado. Tengo mucho que contaros sobre gastronomía palmera y sobre aprender a cocinar por amor. Quiero hablaros de sopas thailandesas perfectas y restaurantes chinos de verdad. Y de lentejas, no olvidemos las lentejas. Así que pasad por aquí de vez en cuando...

EAT from Rick Mereki on Vimeo.

... yo estaré hablando de "comer"; de por qué, cómo y con quién ese plato o receta. Otro foodblog, vaya. Que lo sé: hay muchos más y mejores; pero yo es que no puedo evitarlo.

4 comentarios:

foodtravelandwine dijo...

Aqui estare yo para seguirte en tus delicias culinarias....pero no encuentro el boton de seguirte.......Abrazotes, Marcela

Esquenopuedoevitarlo dijo...

Gracias Marcela! Nos seguimos en la blogosfera,un abrazo grande!

Itzi dijo...

Pero sigue, pordios, me ha gustado mucho cómo escribes. Clapclapclap.
Océanos de amor.

Los viajes que no hice dijo...

Cometiste el imperdonable error, porque nunca te lo perdonaré, de borrar tus mensajes parisinos, tan bien escritos, tan evocadores, tan descriptivos, tan íntimos y tan de todo, porque escribes de puta madre.

Como hagas lo mismo con este, te mato. No es una amenaza: es una constatación de un hecho futuro.

Yo tampoco podré evitarlo.